La Comunidad de Madrid realiza, desde el año 2005, una prueba sobre "conocimientos y destrezas indispensables" a todos los alumnos de sexto de Primaria. La llamada 'reválida' de la ESO que Isabel Díaz Ayuso pretende 'descafeinar' generando polémica y "desconcierto" entre los padres y el claustro educativo.

Según denuncian los sindicatos CSIF, CCOO y ANPE, Madrid ha cambiado las reglas del juego de este sistema de evaluación sin dejar muy claros "los conceptos". Con sus luces y sus sombras, tutores y profesores se pierden en los cambios de un examen que antes era generador de ránkings educativos y, ahora, va a quedar subsumido al silencio.

Hay que recordar que, a finales del 2008, la región liderada por Esperanza Aguirre decidió dar un paso más en el modelo de evaluación de sexto de Primaria y publicar los resultados de los exámenes que se llevaban a cabo a los 1.208 centros (públicos, privados y concertados). Su exposición supuso la creación de un 'ranking' que dividió a la comunidad educativa. 

[El mapa de 'coles' en Madrid: los públicos, concertados y privados en cada barrio]

Por un lado, estaban los padres que, aunque esto supusiera un estrés para sus hijos, veían en el ranking la mejor forma de elegir centro escolar. Del otro lado, los docentes que veían en la medida una forma de crear guetos educativos. ¿Quién iba a querer llevar a su hijo a un colegio donde los alumnos de sexto salían peor preparados?

Ahora, Isabel Díaz Ayuso da un cambio radical al modelo y (aunque tampoco llueve a gusto de todos) rebaja la presión sobre los centros y los propios alumnos.

Las notas serán privadas, algunos exámenes se corregirán por personas ajenas al colegio y, además, seguirán ampliando etapas educativas. La Comunidad asegura que el único fin de los exámenes será "poner solución" a los centros con mayores deficiencias educativas. Los sindicatos, aun así, lo ponen en duda. 

Imagen de archivo de una profesora en un colegio. iStock

Es importante señalar que, aunque la Comunidad de Madrid anunció a bombo y platillo estas pruebas en marzo como exámenes, la propia región 'añade' ahora que no es así. Las pruebas siguen dos líneas.

[Los 100 mejores colegios de España: la guía para acertar en el curso 2023/2024]

Por un lado, seguir las exigencias del Gobierno de España que impone hacer estos controles en cuarto de Primaria y segundo de la ESO. Y, por el otro, recuperar los históricos exámenes de reválida de Aguirre: en sexto de Primaria y cuarto de la ESO. Controles que, por cierto, también prevé el propio Gobierno de España como voluntarios y a disposición de las comunidades autónomas. 

¿Qué cambia?

Es imposible comparar el modelo original puesto en marcha por Esperanza Aguirre en 2005, ya que, por aquel entonces, ni siquiera se analizaba a los alumnos por asignaturas, sino por competencias. En ese primer examen de 2005 las pruebas eran de lectura, cultura general, lengua y matemáticas. 

[Historia se dará en español en Madrid el próximo curso: 'Elisabeth the first' vuelve a ser Isabel la Católica]

Pero sí se puede comparar con lo que se hacía antes de la pandemia de la Covid-19, momento en el que se pararon los exámenes. Hasta ese momento, la CAM realizaba sus evaluaciones propias en sexto de Primaria y cuarto de la ESO, basándose en tres asignaturas: inglés, matemáticas y lengua. 

Las pruebas se evaluaban de forma numérica y se les entregaba a los padres las notas. De hecho, algunos colegios (no todos) usaban las calificaciones como parte de su desarrollo curricular.

Las calificaciones no se podían usar para hacer un ranking, como intentó en un primer momento la ex consejera de Educación, Lucía Figar, pero los colegios lo hacían de manera encubierta. Muchos, en reuniones con padres, dejaban constancia de la nota que habían sacado como un reclamo publicitario. 

Joaquín Leguina, Esperanza Aguirre e Isabel Díaz Ayuso Europa Press

Así, los exámenes eran evaluados uno a uno. Eso ahora cambia, aunque se puntúen de 0 a 10, la Comunidad de Madrid sólo recogerá (y corregirá) una serie de exámenes que usará como pruebas muestrales y, a partir de las cuales, se dará una calificación por curso al propio centro. 

[Los profesores de Historia y Sociales en inglés perderán 200 euros al mes por impartirla en español]

En lo que respecta a las asignaturas a evaluar, todo ha cambiado. Los alumnos de cuarto y sexto de Primaria (los primeros por normativa estatal, los segundos por regional) se evaluarán de inglés, matemáticas, lengua y ciencias sociales y las calificaciones no serán tenidas en cuenta en su currículum. De hecho, ni siquiera los padres podrán obtenerlas. 

Según consta en la última resolución obtenida por Madrid Total, la Consejería de Educación, Ciencia y Universidades dará a cada centro un informe elaborado en función de las pruebas muestrales. En este informe de centro aparecerán sus resultados, así como los muestrales del conjunto de la Comunidad de Madrid, siendo algo de consulta interna. No pública. 

Para la ESO los temarios también se amplían. A los habituales exámenes de lengua, inglés y matemáticas se une Historia y Geografía. El tiempo será el mismo en ambas etapas educativas: 45 minutos por asignatura dividido en dos jornadas: 6 y 7 de mayo y todos los exámenes se harán con los mismos cuadernillos de evaluación. 

Denuncias 

Los sindicatos no están en contra del nuevo modelo de la Comunidad de Madrid. De hecho, aplauden que elimine la especie de competición entre centros educativos en la que se había convertido la prueba. Pero, aun así, denuncian que todo esto es una carga laboral extra para el docente sin ninguna remuneración extra. 

Imagen de archivo de una profesora dando clase.

Desde el sindicato independiente del profesorado, ANPE, denuncian que la evaluación puede ser muy positiva pero no "a costa de los profesores". "Se podría externalizar por parte de una empresa, aunque la supervisen docentes".

Tanto ANPE como el resto de sindicatos, CSIF y CCOO, exigen que si se hacen las pruebas por lo menos "sirvan para algo". Es decir, que si la Administración educativa ve que hay problemas en un centro, se manden "refuerzos" para mejorar a esos alumnos. 

"El proyecto debería de ir enfocado a mejorar el proceso del aprendizaje e ir acompañado de una propuesta económica: más recursos, personal, más profesores de apoyo, bajar las ratios", destacan, desde CSIF, de entre las medidas que se deberían de poner en marcha si se ven notas "bajas".